El proceso productivo

El objetivo es envasar el agua tal y como se encuentra en el acuífero, conservando todas sus características originales y trasladándola con total seguridad para preservarla de cualquier alteración.

La captación del agua mineral se lleva a cabo mediante el acondicionamiento de manantiales. Puede salir directamente de la superficie o bien, directamente a través de galerías con drenes horizontales o sondeos verticales de profundidad, si se capta en un acuífero subterráneo. En todos los casos se utilizan materiales con certificación alimentaria, siendo el más común el acero inoxidable.

El agua se conduce hasta la planta envasadora, utilizando siempre tuberías de material con certificación alimentaria, fundamentalmente de acero inoxidable. En la entrada de planta, el agua mineral pasa a través de filtros con el fin de asegurar la eliminación de pequeñas partículas sólidas en suspensión. A continuación, se almacena en estos depósitos para proceder a su envasado sin que el agua haya tenido contacto alguno con el exterior.

Los envases se someten a un enérgico lavado y posterior aclarado y lavado final con la propia agua mineral. Un sofisticado y preciso sistema de inspección electrónica detecta cualquier resto que pudiera quedar en la botella, e impide su paso a la llenadora, devolviéndolas de nuevo a la lavadora.

En el caso de envases plásticos, la botella se fabrica en la misma planta, soplando a presión y alta temperatura un pequeño recipiente polimérico llamado preforma en el interior de un molde que conforma el envase definitivo. El PET lleva años demostrando ser uno de los mejores materiales para la elaboración de envases de plástico. En los formatos de PET el tapón suele ser de polietileno. En el caso de los envases de vidrio, el tapón es metálico de tipo rosca.

El llenado se efectúa en la denominada “sala blanca” el único punto en el que el agua se hace visible en un entorno totalmente aséptico. Este proceso, al igual que el taponado, etiquetado y codificado de la botella, se lleva a cabo de manera automática en líneas, generalmente multiformato, que pueden alcanzar velocidades de hasta 30.000 botellas/hora.

El proceso siguiente es el empaquetado del producto, por lo general, en caja de cartón o en packs plásticos con asa, y su posterior recodificación, para garantizar su trazabilidad. Este producto es posteriormente paletizado y distribuido hasta llegar al consumidor final.

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